Una de las pasiones del alma. Latinè lætitia, gaudium, hilaritas, exultatio. Díjose alegría, cuasi alacria, del nombre alacritas. Dícese por otro nombre regocijo, de «re-» y gaudium, el gozo. Puédese tener interiormente, sin que resulte fuera; pero el alegría siempre se muestra con señales exteriores de contento. Llamamos alegrías las fiestas públicas que se hacen por los sucesos prósperos de victorias o nacimientos de reyes, príncipes e infantes. También llamamos alegría cierta semilla cuyos granitos son dulces y agradables, y se suelen mezclar con la masa del pan, y dellos se hacen unos nuégados para los niños y para las amas que los crían. Los arábigos llamaron aljonjolí, y los latinos sisamum, mi et sisama, mæ. Nombre griego σησαμον, frugis genus a Plinio frumenti, a Columella leguminum generibus annumeratum. Culmen habet ferulaceum, foliis sanguineis, femine candido, infra magnitudinem lini, quod vasculis ut papauer continetur, radice simplici et alba. El italiano le llama iugiolina, que vale lo mesmo que alegría, y de iugiolina pienso que los moros dijeron corruptamente al iugiolin y nosotros le corrompimos más diciendo «aljonjolí». De alegría y contento han muerto muchos, también como de tristeza y pesar. Filípides cómico, Sófocles trágico, Dionisio tirano y Cratino ateniense murieron súbitamente de haberles dado el premio en el certamen literario. Filemón y Filistión poetas, Crisipo estoico y Zeuxis Heracleontes pintor murieron de pura risa. Chilo Lacedemonio, uno de los Siete Sabios de Grecia, de ver un hijo coronado en los Juegos Olímpicos, y Diágoras Rodio, de haber visto en un día coronados en los mesmos juegos tres hijos, quedaron ambos de puro contento muertos. Polycrita Naxia [Policrita de Naxos], llevándola en triunfo por haber librado su ciudad del cerco que les tenía puesto Diogneto y los eritreos, murió de contento, como Marco Juvencio Talva, leyendo las cartas del Senado, cuales él las deseaba, y Tellón emperador, vencidos sus enemigos, viéndose aclamado y obedecido de todo su ejército. Hay muchos ejemplos, así antiguos como modernos, que por no cansar, los dejo de referir. Y la causa porque con más prontitud mate el alegría que la tristeza es porque la sangre y los espíritus salen afuera y desamparan el corazón, dilatándose más de lo justo, y así desfallece como opreso y ahogado. Con la tristeza se apaga, porque de la alegría es propio dilatar, que como nace de la consecución del deseo, se ensancha y abre el corazón para recibir la cosa amada. Santo Tomás, Summa Theologiae, parte 2, cuestión 33, artículo 1.