El fuego que se hace en las torres de la costa para dar aviso. Antonio Nebrija: Ignis Noturnus. Y los candeleros sobre los cuales se ponen candiles de muchas mechas para alumbrar todo el aposento también llaman almenaras. Antonio Nebrija: polymyxos, πολυμυξος. Algunos quieren se haya dicho almenara de almena, porque estos fuegos se hacen encima de las almenas de las torres. Pero Diego de Urrea afirma ser arábigo y, en su terminación, decirse menaretun, del verbo nevere, que vale resplandecer o dar luz. Es nombre local y tiene la alif por acento, contra la mensura de los nombres locales, porque la letra del medio, que es ו, vav, defectiva, se convierte siempre en alif acento; esto valdrá para los que tienen noticia de la lengua arábiga, y los que supieren la lengua hebrea lo rastrearán, y todos caerán en que si viene del verbo nevere, había de hacer el nombre local; meneveretun pierde el ve, que es la vav, y dice meneretun, y con el artículo, al-meneretun, y corrompido, almenara. Hay lugares que tienen este nombre desde el tiempo de los moros y, en África, un monte que ceñía dentro de sí la famosa Cartago. Los cristianos le llaman Roca de Mastinales y los africanos, Almenara. Abraham Ortelius, verbo Cartago. En Castilla hay título de Marqués de Almenara y, en Valencia, Conde de Almenara. Dicen en las aldeas almenar un asiento de hierro sobre que ponen teas encendidas para alumbrarse.