La pajuela mojada en alcrebite para con facilidad encender lumbre, aunque sea prendiendo en cualquier centella de rescoldo. El padre Guadix dice que está el vocablo corrompido de al-uquida, que vale encendedera, del verbo uquid, que vale encender. Urrea le da su terminación arábiga uequidetun, del verbo uecade, que significa encender, aunque en lengua grosera y poco cortesana, de manera que nosotros habíamos de volver al uquida; y esto se guardó en al-uquete, que significa lo mesmo que alguaquida; mas como tenemos dicho en la palabra «alguacil», los moriscos de España pronuncian la «v» por gu. Es de advertir, aunque de paso, que suelen llamar al-uquetes unas ruedecitas de la cáscara de la naranja que buenos bebedores suelen echar en el vino. Y dijéronse así à luce, porque si los exprimimos en la vela, aquel humor se enciende y parecen centellas. El uso de andar vendiendo por las calles las alguaquidas o palletas y darlas por zapatos viejos y vidrio quebrado, como hoy día se usa en Valencia, es tan antiguo que hace dello mención Marcial en un epigrama contra Cecilio, tratándole de hablador impertinente, charlatán, hombre que echa la buena barba, o que lleva hecha su arenga como el palletero, o alguaquidero, libro 1, epigrama 98:
Urbanus tibi, Cæcili, videris.
Non es, crede mihi. Quid ergo? Verna es,
Hoc quod transtiberinus ambulator,
Qui pallentia sulphurata fractis
Permutat vitreis, &c.
Y en otro lugar, libro 12, epigrama 57:
Nec sulphurat ælippus institor mercis, &c.
Llama al palletero, que vende las alguaquidas lagañoso, por el daño que recibe en los ojos con el humo del alcrebite. Calepinus: «Sulphurata dicuntur ligna exilia, sulphure ex utraque parte intincta, ad accedendas lucernas». Juvenal dice lo mesmo que Marcial:
Et iam rupto poscentem sulphura vitro.
En Valencia hacen estas pajuelas de las cañuelas secas del cáñamo y, en el reino de Toledo, de cañahejas partidas en rajuelas menudas y atadas por cientos.