Es ave de volatería conocida. Latín accipiter, de donde pudo tomar nombre, aunque con mucha corrupción. Llámase «humipeta», por cuanto vuela por bajo y su prisión ordinaria es la perdiz. Díjose «azor», según algunos, cuasi «astor», porque los azores se crían en Asturias. Juan López de Velasco es de parececer haberse dicho del verbo accio, accis. Pro eo quod est a longe voco, porque en llamándole el cazador, auqnue se haya remontado, acude luego al señuelo. Diego de Urrea dice ser arábigo, y en su terminación seurum y, corruptamente, seur y, con el artículo, a-seur y, de allí, a-sor y, finalmente, «azor». El padre Guadix dice que viene del verbo arábigo abzor, que vale «mirar», por la vista aguda que tiene. Este ave también podía ser de raíz hebrea, del nombre צוּר, tsur, faxum, petra, por criarse entre riscos y altos peñascos, o del verbo זוּר, alienare, por ser esta ave para nosotros peregrina y traída a los principios de estas partes septentrionales, y después criaron en España. En cierto libro manuscrito, que trata de cetrería, hallé escrito haber tomado este nombre de una sierra dicha Zur, donde se crían los muy buenos halcones. Diego de Urrea dice ser arábigo, dicho en su terminación seurun y corruptamente seur y, con el artículo, a-seur, y en mayor corrupción «azor». «Azorarse» vale alborotarse de alguna cosa súbita y, «azorado», el alborotado.