Fruta conocida y su árbol, dicho almendro. Pudiera engañar algunos el al, pareciéndole ser artículo arábigo y, por el consiguiente, el nombre; pero manifiestamente es griego, αμυγδαλῆ, el árbol, y αμυγδαλη, la fruta, a la cual el italiano llama mendola, quitando el al, y el castellano como fue le trocó la γ, ge, en ν, ene, e interpuso la r y a la primera sílaba añadió la l y dijo «almendra», habiendo de decir «amígdala» y, siendo el nombre este griego, será forzoso darle su etimología griega. Amigdalam, ideo Græcis nominari, testis est Herodianus Alexandrinus, quod post viride putamen multos scarificatus ostendat et in rimulas dehiscat, quas τας αμυχας vocant αμυχη scarificatio, sumæ cutis incisio. Y es así que, si quitamos a la almendra la cáscara verde, la que debajo queda, que es dura, está toda rajeada y con muchos agujeritos; y esto se echa mejor de ver en las mollares y, especialmente, por la parte de adentro. Por otro nombre se llama nux Græca. De la naturaleza y calidad deste árbol verás Dioscórides, libro 1, capítulo 139, y allí a Laguna y a la Historia omnium plantarum, libro 3, capítulo 10, Plinio, libro 15, capítulo 22, libro 16, capítulo 25 y 26, libro 23, capítulo 8. Las almendras verdes se llaman almendrucos y arzollas o allosas arábice, golosina de preñadas. Cierta bebida que se hace del jugo o leche de las almendras se llama almendrada. Hay un proverbio que dice: «En tierra de señorío, almendro y guindo, y en tierra real, noguera y moral», dando a entender que no se han de echar muchas raíces ni perpetuarse los hombres de alguna calidad en tierra de señores, porque puedan tener libertad de pasarse con su hacienda mueble a do se hallaren mejor, y si plantaren árboles sean los que presto dan fruto y presto se acaban, como es el almendro y el guindal. Del almendro hay algunos símbolos y hieroglíficos; entre otros, significa el ingenio precoz de algún mancebo que de poca edad ha llegado a ser provecto en las disciplinas. Por la blancura de que se cubre con sus flores, antes que eche ninguna hoja, tiene alguna similitud con la cabeza del hombre anciano, que está toda blanca, cubierta de canas, y desta semejanza usa el Eclesiastés, capítulo 12, anunciando la vejez: Florevit amygdalus, &c. Por ser este árbol tan antuviado, el hebreo le llama el velador o madrugador, שָׂקֵד, saked, del verbo שָׂקַד, sakad, vigilare. Su primera significación es velar y madrugar. Y así, aquel lugar de Jeremías, capítulo 1: Quid tu vides Ieremia? Et dixi: Virgam vigilantem ego video, que vuelve la Vulgata. En el texto hebreo leen San Teodoreto y otros: virgam amigdalinam ego video. Porque la palabra שָׂקֵד, saked, significa en su primera significación el almendro y, por metáfora, el madrugador, y así la una y la otra lección dicen una mesma cosa, conviene a saber: veo una vara de almendro o el velador o madrugador. Vide Metaph. Cano De locis theologicis, libro 2, capítulo 15. Al modo de esta alusión, dieron los griegos nombre al moral, llamándolo μῶρομ y μωρος, morus, fatuus, stolidus, hiante ore. Por ser perezoso y tardo en producir sus flores y esperar a que pase todo el rigor del invierno y llamarle bobo, por la figura antífrasis, es quererle loar de sabio y discreto, modo de hablar muy ordinario. Fulano, como bobo y yendo crecido el río, no quiso ir por la barca, sino fue a pasar por la puente. Del moral hace a este propósito un emblema Alciato, de un dístico:
Serior ad morus numquam nisi frigore lapso
Germinat et sapiens nomina falsa gerit.
Habiendo precedido otro del almendro, contrapuesto a este, que dice:
Cur properans foliis præmitis amygdale flores.
Odi pupillos præcocis ingenii.
Que es lo que ya tenemos apuntado arriba, temiendo que los tales ingenios artuviados en las disciplinas, o han de parar en desvanecimiento y locura, o en muerte, como se escribe de Hermógenes Retorico, que siendo niño, fue elocuentísimo y, de dieciocho años, escribió un arte de retórica admirable, y a los veinticuatro perdió el juicio. De los que no se han logrado hay ordinarios ejemplos y la experiencia nos lo demuestra. Proverbio: «Antes moral tardío que almendro florido».