Nombre arábigo, según Diego de Urrea, en su terminación faricun, del vervo ferese, que significa ser caballero. Llamamos alférez comúnmente al que encomienda el capitán la bandera, la cual instituyeron de muchos siglos atrás los hombres para que las compañías se adunasen y acudiesen todos los de ella a un lugar. Competía al capitán traer la bandera, mas porque ha de acudir a diversos ministerios, sustituye al que llamamos alférez, el cual ha de estar subordinado a él y no moverse sin orden y mandato suyo; y los demás que militan debajo de aquella insignia la han de seguir, y así se les daban todos estos nombres: signíferos, vexilíferos, primipilarios, duces. Tuvieron los romanos diferentes insignias, a las cuales responden nuestras banderas, y la principal era la del águila, como si dijésemos ahora el guión o estandarte real; y los que llevan esta insignia se llamaron aquilíferos. Podría tener alguna similitud con el que la Ley de la Partida 16, título 9, parte 2, llama alférez mayor, de que dice: «Y él mesmo debe tener la seña cada que el rey hubiere batalla campal, &c».