«-al», artículo arábigo, «-fanje», del nombre latino falx, cis, por la hoz. Y el alfanje es una cuchilla corva, a modo de hoz, salvo que tiene el corte por la parte convexa. Algunos quieren sea nombre griego, amfaque, de αμφακις, securis, porque es cierta manera de segur el alfanje. Latinè dicitur falcatus ensis. Virgilio, libro 7, dice ser arma de los oscos, diciendo dellos:
Lævas cetra tegit, falcati comminus enses.
Esta arma han conservado los turcos, que, llegando cuerpo a cuerpo con el contrario, es terrible en el altibajo, que con la punta pocas veces hieren. Ovidio, libro 4, Metamorfosis, llamó al alfanje telum uncum, hablando de Perseo, a quien Mercurio había prestado el suyo, con talares alados, diciendo:
Pennis ligat ille resumptis parte ab utraque pedes teloque accingitur unco.
Este género de arma injirieron antiguamente en los carros bélicos, en que peleaban en forma de alas con que partían por medio los que encontraban corriendo, y dellos hacen meción las sagradas letras, libro Iudicum, capítulo 1.