Lo que comúnmente llamamos en casa colgaduras, tapicería, camas, sillas, bancos, mesas. Latinē suppellex, tilis, y no viene debajo de apelación de alhaja. El otro, plata o vestidos, yo me remito a lo que está dispuesto por el derecho en el título de suppelectile legata y lo que allí traen los doctores. El padre Guadix dice que alhaja vale presea o joya. Urrea vuelve entre casa y ropa della y de su adorno; y, en su terminación arábiga, es hagetum del verbo hauege, que es tener necesidad de las cosas que son para el servicio y ministerio de la casa. Las que trae la mujer cuando viene en poder del marido se llaman ajuar, que apreciadas entran en el cuerpo de la dote. Y así dice el padre Guadix que ajuar vale dote. En Cuenca hay un pago y fuente que llaman de Martín Alhaja, cosa muy antigua que de mano en mano ha conservado el nombre. Vide cabeza de vaca o vaca. Estar bien alhajado uno es tener su casa bien aderezada y adornada de todo lo perteneciente a ella. Vide axa.