Latinē sulfur, sulphur. Es nombre arábigo y, según Urrea, corrompido de alquibrit, que vale sulphur. Este nombre corrompemos y decimos zufre, piedra azufre, que vale lo mesmo que alcrebite. Azufrador: el enjugador donde se da color a las tocas con el azufre. Azufrarse el cabello: ponerlo rojo con el humo del azufre. Plinio, libro 35, capítulo 15, cuenta el alcrebite por cierta especie de tierra, y otros le ponen entre los minerales. Cerca de Nápoles hay una montaña que, cavándola, sale luego el humo del alcrebite y se van a curar allí de muchas enfermedades. Hay alcrebite natural y otro artificial, de que hace mención Dioscórides, libro 5, capítulo 82. Los palillos hechos de cañahejas o cañas partidas o del cáñamo, que en valenciano se llaman palletes, mojadas en alcrebite, sirven para encender la lumbre, como haya alguna centella o rescoldo en que pueda prender, y estas llaman en el reino de Toledo alguaquidas.