Quasi alalido, del verbo griego Αλαλαζω, alalazo, clamare, eiulare. Erasmus scribit proprie esse perpetuo sonitu, strepere, ac tinnire, sono sonum excipere, quemadmodum fit in lebetibus dodoneis. Y, de allí, el nombre Αλαλη, tumultus, sonus confusus, vox non articulata, et clamor qui ante prælium tollitur, αλαλαγμος, y la vocería grande αλαλητος. Y pudo ser este nombre «alarido» sacado del sonido que hacen las muchas voces confusas que, aun en la mesma lengua gruega, λαλια vale el demasiado hablar, a verbo λαλεο, loquor. Sæpe in malam parten accipitur, ut sit temere et inconsiderate citraque delectum aliquem verba effutire. Finalmente, por la figura onomatopeya, le pusieron este nombre y, en particular, dieron ocasión a él los alárabes, que, cuando entran en la batalla, dan voces y repiten este término lalala para mostrar ánimo y hacerle perder a los enemigos, El llanto descompuesto y desmesurado con voces confusas y lamentables se llama alarido. Y así, el romance viejo dice:
En el real de Zamora
grandes alaridos dan
por la muerte de don Sancho
que acaba de expirar.