Apretar la garganta de modo que no pueda pasar el aire o respiración. Díjose cuasi «afogar», de la palabra latina fauces, num. plur. internus ori locus, ubi simul conveniunt et gulæ, et guturis partes extremæ. El ahogarse uno puede ser de muchas maneras; o en las cosas líquidas, como ahogarse en el agua, o por atravesársele algo en la garganta que no le deja resollar, o por encenderse el aire demasiado y no poder refrigerar el corazón, pulmón y las demás partes internas, o por el cansancio excesivo, por abundancia de sangre que suba a la garganta, o humor que baje de la cabeza por defuera, de manera que cierre la vía a la respiración. Hay algunos proverbios y fórmulas tomadas de este vocablo, como ahogarse en poca agua: el que se halla congojado y atado en negocio no muy dificultoso ni peligroso. Ahogarse de calor: estar muy caluroso. Ahogarse las gentes: haber mucho concurso y apretura. «No me ahogues y no me deis tanta priesa». Dar mate ahogado, del juego del ajedrez: querer las cosas súbitamente, al punto, sin dilación ni sin poder tomar acuerdo. Carnero ahogado: cierta manera de guisado.