abrojo

• Es el desdichado fruto de una mala planta, dicha tribulo, por las tres puntas que produce en el abrojo, el cual también se llama tribulo. Sembrado por el suelo, de cualquiera suerte que caiga, levanta en alto una punta. Y porque los crueles tiranos algunas veces atormentan con hacer pasar los hombres por encima dellos, con los pies descalzos, este género de tormento se llamó tribulación, y de allí cualquiera trabajo que aflije al hombre y le fatiga. Entre otros ardides de guerra, pone Vegecio, libro 3, De re militari: el de los abrojos de hierro, que los siembran en la tierra para que, pasando sobre ellos, los caballos se manquen. En las disciplinas, de los que por devoción se azotan, ponen unos abrojillos de plata, con que se sacan mucha sangre. La etimología de abrojo es vulgar: abre el ojo. Porque el que fuere por el campo no labrado y espinoso, ha de llevar los ojos despavilados, mirando al suelo, especialmente si no lleva buenos zapatos y suelas dobladas. El griego llama al abrojo χερσαιοσ, chersæos, terrestris (ut Gaza vertit ex Aristoteli): incultus de terra, quæ non habet cultores. Porque ordinariamente nace en la tierra no labrada, y es propio fruto suyo en respecto del pecado de Adán, a quien dijo Dios, Génesis, capítulo 3: Spinas et tribulos germinavit tibi, etcétera. Del abrojo hay una empresa con la letra stabit, quocunque cadat. Daba a entender el que usó della que en cualquier estado próspero, o adverso, perseveraría en su fe y propósito.