Es arrojarse sin consideración a decir o hacer una cosa de que se podrían seguir algunos inconvenientes. Es tomada la metáfora del peso de dos balanzas, que si la una tiene más peso que la otra, y no están en fiel, se arroga con el demasiado y desigual peso, que por otro término decimos precipitarse o arrojarse. Y por ventura es más cierto que se dijo de βάλλω, que es arrojar. Abalanzar vale igualar los pelos, no inclinarse más a una parte que a otra. Andar en balanzas: estar en mucho peligro, sobreviniendo algún accidente, como a la balanza si le cargan algo más de lo justo. Balancín: la lanza terciada de que usan los volteadores de maroma para asegurarse en ella, en las primeras entradas que hacen para voltear. Balancín: la vara en fiel donde se asen los tirantes del coche.