1. Ave rapaz diurna, de 80 a 90 de altura, con pico recto en la base y corvo en la punta, cabeza y tarsos vestidos de plumas, cola redondeada casi… Esto es un extracto. Ver definición completa en el Diccionario de la RAE.
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Marcas lexicográficas: nombre masculinoHeráldicanombre femeninolocución verbal coloquialcentímetro(s) ¿Qué son las marcas lexicográficas?
1. f. Se da este n a diversas especies de aves rapaces de gran tamaño, patas cubiertas de plumas, garras fuertes, pico curvado y vuelo rápido,… Esto es un extracto. Ver definición completa en el Diccionario del español actual.
águila 1. 'Ave rapaz'. Es voz femenina: «Ensayaban nuevos vuelos las águilas reales» (Argüelles Letanías [Esp. 1993]). Al comenzar por /a/ tónica, exige… Esto es un extracto. Ver definición completa en el Diccionario Panhispánico de Dudas.
Número de sílabas: 3
Acentuación: Esdrújula
Pronunciación AFI: /ˈa.gi.la/
Primera aparición en un diccionario:
Primera aparición en la RAE:
Frecuencia en el CREA: 7.69
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Díjose del nombre latino aquila, dicha así ab acumine oculorum. Según san Isidoro, por cuanto levantada en el aire, que apenas la divisamos, estando sobre el mar, ve los peces que andan someros en el agua y, desde lo alto, se arroja como una saeta y los lleva en las uñas. Fingen los poetas ser la armígera del dios Júpiter, que le ministra los rayos; y dio ocasión a esta fábula la naturaleza suya, por cuanto, según algunos autores, entre todas las demás aves, ella sola no es herida del rayo, y los del Sol mira de hito en hito. Hay seis especies de águilas, según refiere Plinio, libro 10, capítulo 3, con los dos siguientes. Mata el ciervo con maravillosa astucia, hinchéndose las alas de tierra y, saltándole sobre la cabeza, le va sacudiendo en los ojos el polvo, con que le ciega y le hace correr desaforadamente hasta que, llegando a algún despeñadero o barranco, le deja caer adonde se mata o se perniquiebra, y así puede aprovecharse dél. Tiene particular enemiga con el dragón o sierpe, porque le sube a comer al nido sus huevos o sus pollos. Y así, cogiéndolas en escampado, la arrebata en las uñas y la sube por el aire y la va despedazando. Pero la sierpe o la culebra se le enrosca y rodea, de manera que suele algunas veces cogerle las alas y no la deja volar, y vienen ambos a tierra. Desta comparación usó Virgilio, libro 10, a Eneidas:
Utque volans alte raptum cum fulva draconem Fert Aquila implicuitque pedes atque unguibus hæsit. Saucius at serpens sinuosa volumina versat, Arrectisque horret squamis et sibilat ore, Arduus insurgens; illa haud minus urguet obunco. Luctantem rostro, simul athera verberat alis.
Piero Valeriano cuenta, por autoridad de Crates Pérgamo, y de Estesícoro poeta, una historia del águila y una serpiente que, cayendo en tierra enlazados, un segador libró al águila cortando por medio con su hoz a la sierpe. Y, en remuneración desto, le quitó de las manos y quebró un vaso que iba a beber de la fuente emponzoñada de este dragón. Es graciosa y gustosa, allí la podrán ver.
Del águila se escribe que, para quebrar la concha de la tortuga y comer su carne, la levanta en el aire y cae con ella sobre un peñasco, a donde la hace pedazos y consigue su intento. Cuentan un caso raro a este propósito; que Esquilo, poeta trágico, habiendo hallado por la astrología judiciaria que había de morir desastradamente, cayéndole encima de la cabeza una testudo y, siendo este nombre ambiguo y equívoco, que significa la bóveda del aposento y la concha de la tortuga, y a ella mesma, se salió de su casa y no quiso vivir debajo de techo. Y así, estaba en campo raso y abierto. Pero, como fuese calvo, un águila, juzgando ser su cabeza algún guijarro pelado, descargó sobre ella una tortuga y le mató. De que hizo mención Angelo Poliziano:
Æschylus aeria casu testudinis ictus, &c.
Tiene el águila particular enemiga con el cisne, y naturaleza parece haber puesto en estas dos aves calidades contrarias, porque el águila no teme los rayos y el cisne, de miedo dellos, cuando atruena, se esconde entre los juncos y espadañas de las lagunas. Esta enemistad nos figuró Virgilio, libro 1, Eneida:
Aspice bis senos lætantes agmine cycnos, Ætheria quos lapsa plaga Jovis ales aperto Turbabat cælo, &c.
Siendo ya vieja el águila, se le encorva tanto el pico que no puede cebarse en la carne de las presas que hace y tan solo se sustenta de su sangre. Es símbolo de la crueldad y también del beber demasiado de los viejos cuando, faltándoles la dentadura, no pueden comer la carne, lo cual nos insinúa el proverbio latino: Aquilæ senectus.
Del águila y de su vuelo tomaron los gentiles algunos agüeros que, por ser vanos y supersticiosos, no los referiré en particular. Nótase en los casos sucedidos a Midas, Egeón, Hierón, Tarquinio, Mario, Octaviano, Claudio, Aureliano, Máximo y otros referidos por Nicolao Rusnerio [Nikolaus von Reusner] en sus Símbolos heroicos. Verás a Plinio, libro 16, capítulo 30, hablando de lo que sucedió a Livia Drusila.
Notorio es a todos haber sido el águila divisa de los estandartes de Júpiter y derivadose de uno en otro monarca hasta los romanos, que, sin embargo de las demás que tenían, esta era la principal y propia. Y así, Lucano, para significar que en la famosa batalla de Farsalia peleaban romanos contra romanos, dice:
Signa pares aquilæ et pila minantia pilis.
El águila, con las dos cabezas, significa, el uno y otro, Imperio Oriental y Occidental. Y estos le pronosticaron a Alejandro Magno las dos águilas que aparecieron el día de su nacimiento, y han quedado incorporadas en las armas imperiales y en las de los reyes de España, cuya potencia se ha extendido del Oriente al Poniente.
Hanse formado varios y diferentes hieroglíficos del águila, como echar los pollos del nido y quedarse con solo uno, como lo dijo Museo.
Trisparit atque duos nido ejicit educat unum.
Aquí se insinúa que el imperar no admite compañía. El águil que está rasgando las entrañas a Prometeo, encadenado en el monte Cáucaso, significa la solicitud y cuidado que siempre está fatigando el entendimiento del que anda especulando las cosas sutiles y secretas de la naturaleza. Y así dijo Alciato, emblema 28, que empieza: Caucasia æternum, &c. Roduntur variis prudentum pectora curis, Qui cœli affectant scire, Deumque vices.
Al hombre que había de morir de hambre figuraban los egipcios por el águila, con el pico notablemente corvo.
El águila que está gastando el pico en una piedra significa una renovada juventud, por cuanto viene a no poder comer y envejecerse por crecerle y encorvársele, hasta que usa de este remedio. Lo mismo significa el áquila que, estando debajo de los rayos del Sol, se derueca a una fuente y, renovando las plumas, se remoja. Conforme al lugar del profeta David, Salmo 102: Renovabitur ut Aquilæ iuventus mea. El águila que tiene su nido en un alto risco significa el príncipe retirado, que no da audiencia a sus vasallos. El águila sentada sobre una peña, y otras aves le dan tornos a la redonda, com oque la quieren picar, especialmente las cornejas, que parece estarla graznando, significa el magnánimo y generoso, que hace poco caso de los denuestos de la gente vil. Cerca de los egipcios, el águila significa el río Nilo, o por su velocidad, o por la color pardilla de sus arenas, semejantes a la color de las alas del águila. Añade a lo dicho que un águila, apacentándose juntamente con alguna otra ave no su igual, significa la benignidad del generoso, que no se desdeña de la compañía de su desigual, especialemnte siendo virtuoso.
El águila que lleva a Ganímedes por los aires significa la contemplación de las cosas celestiales, de la cual, arrebatada el alma, sube a considerar los divinos misterios con inefable gusto; y así, el nombre de Ganímedes vale tanto como el que está en alegría y contento, del verbo griego γανυμαι, ganyme, lector, o del verbo γανεσθαι, gaudere, et μηδος, medos, consilium, quasi dicas, consiliis, et contemplatione gaudentem, y así concluye Alciato su emblema:
Consilium mens atque Dei cui gaudia præstant, Creditur is summo raptus adesse Iovi.
El águila que, volando hacia su nido, lleva una piedra en las uñas, significa al que funda casa con buenos ciemientos y la asegura con firme mayorazgo.
El águila que tiene la cola blanca echa sus pollos del nido, y proveyó la naturaleza de que otra los criase. En griego se llama pyrgarus, que vale «de cola blanca». A esta se comparan los padres que no curan de criar sus hijos. El águila que lleva en el pico una piedra de hechura de un huevo, significa la mujer que está de parto y con peligro. Esta piedra del águila se llama aetites, de su propio nombre αετος, aetos, águila.
El escarabajo sobre las espaldas del águila significa el enemigo tenido en poco que, por poparle, suele ser dañoso. Hierogífico es de Oro Apolo y dél lo tomó Esopo y Alciaro formó su emblema con título A minimis quoque timendum.
El águila, tendidas las alas sobre un sepulcro, es indicio de estar sepultado en él hombre valeroso. Y por eso la pusieron, o fingen haberse puesto, sobre el sepulcro de Aristómenes, insigne capitán de los mesenios, con cuyo valor y esfuerzo vencieron muchas veces a los lacedemonios, de los cuales, habiendo sido preso y librándose por dos veces, a la tercera le mataron y, por curiosidad, le abrieron el pecho, en que había residido ánimo tan valeroso, y le hallaron el corazón hirsuto y cubierto de vello. Hay un epigrama griego, de Antípatro, el cual imitó Alciato, en la emblema que empieza:
Quæ te causa movet volucris Saturnia magni, Ut tumulo insideas ardua Aristomenis.
Con el título que dice Signa fortium.
Una águila, enredada con una sierpe que le está picando en el pecho, es símbolo de la virtud contrastada y reprimida de la envidia; y, aludiendo a esto, sacó el Marqués de la Terza, Juan Bautista de Azzia, según refiere el Dolce, un águila que la estaba picando en el pecho una serpiente o víbora, con el mote: Semper ardentius. Por la propiedad que dicen tener el águila de mirar al Sol de hito en hito, y también de remontarse a lo más alto del aire hasta abrasarse las plumas, tomó Curcio Gonzaga la empresa del águila, tendidas las alas y medio desplumadas, debajo del carro de Febo, con el mote:
Pur che godan gli occhi, ardan le piume.
«A fin que gocen los ojos, ardan las plumas». Dando a entender que, aunque de la vista de su dama le tiraba amor flechas encendidas en su fuego, con que le atormentaba, las llevaba en paciencia, a trueco del contento que recibía en mirarla.
El cardenal don Francisco Gonzaga tomó por empresa un águila sobre un tronco de laurel verde con algunas ramas. El mote: Bella gerant alii. Dando a entender que, no embargante su ilustre nacimiento y el ánimo brioso, Aquilino se reducía a la quietud y mansedumbre de la vida eclesiástica y a la contemplación de las cosas divinas, significada por el laurel, árbol dedicado a Febo y a las musas y al espíritu de adivinanza. Unico Accolto Aretino Bernardo Accolti, señor de Lepe, tomó la empresa de un águila que tiene entre sus garras uno de sus pollos y le experimenta, volviéndole a los rayos del Sol, y si o los mira de hito en hito, le desecha, con el mote Sic crede. El marqués del Vasto sacó por empresa un mazo de diversas plumas y, en medio dellas, una de águila que sobrepujaba a todas, ella entera y las demás repeladas, con el mote: Sic alias devorat una meas. Dando a entender que su dama deshacía y afeaba con su hermosura y gentileza a todas las demás. Galeazo Fragoso tomó por empresa un águila rodeada de una nube espesa que despide de sí muchos rayos, con el mote castellano que dice «Ni matarme ni espantarme», mostrado ánimo intrépido a las amenazas de sus enemigos y a los casos adversos de fortuna. Algunos quieren sea esta empresa amorosa y significuq la constancia suya contra los disfavores de su dama. Alude a que el águila no es herida del rayo y, por eso, la hicieron armígera de Júpiter, que se los administra. Antonio Landrino tomó por empresa el águila que hace su nido en un tronco de laurel coronado y defendido con sus mesmos ramos, y el mote: Requies tutissima. El Dolce trae, entre las demás empresas, una de Gonzalo Argote de Molina, veinticuatro de Sevilla, del águila; deja el despojo de un ciervo que ha muerto y en que se ha cebado, para las demás aves, con el mote: Hoc habeo quodcunque dedi. Pía, por cierto, y religiosa. Por la calidad que le atribuyen de mirar al Sol de hito en hito, tomó por empresa la señora Irene Castriota, Princesa de Bisignano, el águila que está mirando al sol, con el mote: Che mi puo far di vera gloria Lieta, tomado del Petrarca, según refiere el Dolce de estos dos versos:
Tien pur gli occhi, qual Aquila in quel Sole, Che ti puó far de eterna gloria degno.
Segismundo Augusto, rey de Polonia, tuvo la empresa del águila que sube por el aire con un ramo de laurel en el pico y muchos rayos que bajan por un lado y otro, dando a entender lo que muchas veces hemos dicho, que el águila no es jamás herida del rayo y la mesma calidad y propiedad dan al laurel, que para mayor significación le lleva en el pico, con el mote: Iovi sacer. Nerón batió una moneda de plata con su efigie y, por reverso, un águila que tenía entre las garras un rayo, con un ramo de laurel, y los emperadores que se le siguieron, le imitaron en esto, pero mudando alguna cosa, como fue Domiciano, que puso la mesma águila sin el laurel, y Vespasiano la esculpió con el rayo atravesado en el pico y a la parte diestra el ramo de laurel. El emperador Carlos V batió en España una moneda cuyo reverso era el águila con el rayo y el ramo de laurel debajo de los pies, y el mote Cuique suum, dando a entender que a los malos había de castigar, y premiar a los buenos, destruir el vicio y coronar la virtud. Su nieto, el emperador Maximiliano II, continuó la mesma empresa del águila, poniendo a la parte diestra el laurel y a la siniestra el rayo, con el mote griego ΕΝ ΚΑΙΡΩ ΕΚΑΤΕΡΟΝ, latinē in opportunitate utrunque; dando a entender que en su mano estaba la paz y la guerra, y el usar de la clemencia y de la justicia, en ocasión y tiempo.
Ya parece que lo es de no proseguir más esta derrota de las empresas del águila, y así dejo otras muchas por no ser fastidioso, y será razón acudamos a los lugares de Escritura donde, con algún misterio o ponderación, se hace mención della. En el capítulo 14 del Deuteronomio, mandaba Dios que los de su pueblo no comiesen ciertos animales, aves y peces, por inmmundos. Y, entre los demás, el águila, por estas palabras: Omnes aves mundas comedite, inmundas ne comedatis, aquilam scilicet et gryphum; por ser estas aves que viven de rapila y significar, como dice la florsa interlineal: Aliena rapientes et iniustis lucris gaudentes. Y, por esta mesma razón, significan al demonio, como lo dice Lira, declarando aquel lugar de Oseas, capítulo 8: In gutture tuo sit tuba, quasi aquila super domum Domini, per Aquilam enim quæ est avis rapax et acuti visus significatur ipse diabolus. Y lo mismo sobre el lugar de Habacuc, capítulo 1: Volabat quasi Aquila festinans ad comedendum significat diaboli promptitudinem ad perdendas animas. En otros lugares de la Escritura significa también el águila o el demonio o sus ministros, a los cuales Dios entragaba su pueblo para castigarles, como en aquel lugar de Jeremías, capítulo 4: Velociores Aquilis equi illius. Ezequiel, capítulo 17: Aquila grandis magnarum alarum longo membrorum ductu plena plumis et varietate venit ad Libanum, que se entiende por Nabucodonosor. Y después desta águila de los caldeos o babilonios, vinieron las de los romanos, por la razón que ellos pensaron huir de sus uñas aclamando con aquellas razones. Juan, capítulo 2, número 48: Si dimittimus eum sic omnes credent in eum et venient Romani et tollent nostrum et locum et gentem.
Y porque una mesma cosa, en diversas consideraciones, tiene diversos y contrarios sentidos, así el águila, no embargante lo dicho, significa a Cristo, en razón de su excelencia entre los demás hombres, por ser hombre y Dios, como el águila entre las demás aves, por ser reina de ellas y por el vuelo tirado con que bajó a encarnar en las entrañas de la Virgen María, y el mesmo con que volvió de la tierra al Cielo, cuando resucitó de entre los muertos y subió a los Cielos, a summo cœlo egresio eius et occursus eius usque ad summum eius, Salmos 18. Y, como dijo San Pablo, ad Ephesios, capítulo 4: Qui descendit, ipse est et qui ascendit super omnes cælos, ut impleret omnia. De su resurrección gloriosa se hace comparación al remozarse el águila. Renovabitur ut Aquilæ iuventus mea, Salmos 102. Cristo es águila de aguda vista, por cuanto penetraba los corazones de los bien y mal intencionados, mira al Sol de hito en hito, porque desde el punto de su Concepción, fue comprehensor y su benditísima ánima clara y abiertamente contempló la divina esencia en que consiste la bienaventuranza. También es semejante al áquila que saca la presa de entre las uñas a cualquiera otra ave, como es el milano, pues sacó de las uñas y cautividad del demonio las almas de los santos padres, que estaban en el Limbo, y cada día le saca las de los pecadores que, con arrepentimiento y dolor de sus pecados, se vuelven a él. Los Apóstoles son comparados a las águilas, por cuanto extendieron las alas de su predicación por todo el orbe, in omnem terram exivit sonus eorum. Y, según opinión de algunos santos, el día del tránsito de la Virgen nuestra Señora se hallaron todos juntos con ella y la pusieron en el sepulcro, de los cuales se verificó lo que dijo el Señor, por San Mateo, capítulo 24, et Lucas, capítulo 17: Ubi fuerit corpus, ibi congregabuntur et Aquilæ. Y se verificará otra vez cuando Cristo nuestro Señor venga a juzgar a los vivos y los muertos, que a donde estubiere la humanidad sacratísima del hijo de Dios, allí se hallarán las águilas, sus Apóstoles. Y entre todas se da el renombre de águila al bienaventurado San Juan Evangelista, por haber, en su Evangelio, encumbrado su vuelo a tanta altura que le empezase y diese principio, por aquellas palabras: In principio erat verbum. Mas, por dar fin al largo y tirado vuelo del águila, concluyamos con su etimología, que es el nombre latino. Aquila ab acumine oculorum, como está dicho, por la agudeza de la vista que, desde lo muy alto del aire, ve la caza de la tierra y la pesca de la mar, a que se bate teniendo hambre. El nombre hebreo concuerda en la significación, porque נֶשֶר, nescer, id est, aquila, se dijo del verbo שוּר, scur, aspicere, quod recto abtutu solem aspiciat, vel a verbo יַשַר, iaszar, rectum esse, por caer derecho sobre la presa y volar derechamente, sin que el aire la tuerza a una parte ni a otra. El nombre griego αετος, aquila, del verbo αισσω, impello, moveo, impetum sacio, &c., por la fuerza y el ímpetu con que vuela.